El Mundial Femenino Sub-20 representa un momento histórico para Colombia, marcando la primera vez que el país es sede de un evento de esta magnitud en el fútbol femenino. Este evento posiciona a Colombia como un referente en la organización de eventos deportivos internacionales.
Esta edición del torneo es una oportunidad para mostrar al mundo la capacidad del país de acoger competiciones de alto nivel, mientras impulsa el desarrollo del deporte femenino y genera un impacto positivo en la economía y el turismo local.
“Esta edición marca un hito al aumentar el número de equipos participantes de 16 a 24, con una afluencia mayor de turistas, lo que generará un impacto económico significativo, solo en la capital del país”, destacó Santamaría.
Además del impacto económico, el Mundial Femenino Sub-20 promete ser un motor de empleo en la ciudad, generando cerca de 9.000 empleos directos e indirectos en sectores como la hotelería, restaurantes, transporte y comercio.
“Este evento deportivo no solo mueve el balón, sino que también mueve la economía de la ciudad”, agregó Santamaría.
Bogotá, que se está consolidando como un destino turístico deportivo, ha realizado importantes inversiones en su infraestructura para recibir este evento. El Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD) ha destinado 200 millones de pesos para adecuar cinco estadios que servirán como campos de entrenamiento para las 24 selecciones participantes.
Con este evento, Bogotá reafirma su compromiso con el deporte y el turismo, ofreciendo a los visitantes una experiencia única que combina la pasión por el fútbol con la riqueza cultural y turística de la ciudad.
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